Rector de la UNAMBA
La educación debe ser
uno de los principales pilares de todo Gobierno con visión de futuro; en las
sociedades modernas y avanzadas, el conocimiento es el elemento que determina
las posibilidades de progreso de sus ciudadanos y sus capacidades de éxito.
En nuestro país, la
situación ha estado marcada por un comportamiento político ajeno a lo señalado,
la realidad educativa no sólo estuvo lejos de ser prioridad, sino se caracterizó por la vigencia de un modelo tradicional, que no ha preparado a
nuestros jóvenes para los desafíos del siglo XXI.
Veamos algunos datos
de la Región Apurímac: según el informe de la DREA (2012), cerca del 30% de la
población total, forma parte el universo de estudiantes. De ellos,
el 95% corresponde a estudiantes de Educación Básica Regular (cunas,
programas sociales, jardines, primaria y secundaria). Las cifras de UNICEF
(2009), revelan que el 80% de los niños de Apurímac viven en condiciones
de pobreza, en zonas rurales y cuya lengua materna es el quechua, la cual les
dificultan terminar la educación primaria y secundaria en la edad esperada.
En la Evaluación
Censal de Estudiantes (2011) del segundo grado de primaria, el 88% de alumnos
no alcanzó el nivel de aprendizaje deseado en comprensión lectora; y en
matemáticas, el 95% de alumnos está por debajo del nivel de aprendizaje
que le corresponde. A este hecho se añade
que un 40% de niños de 6 a 11 años, no asiste a la educación primaria en
el grado que le corresponde.
En definitiva, el modelo
actual ha llevado a que Apurímac (y otras regiones del país:
Huancavelica, Huánuco, Ayacucho, Puno) tenga un sistema educativo de escasa
calidad, excluyente, carente de compromiso con la educación
bilingüe e intercultural, y que no prepara a los estudiantes para
afrontar los retos de la sociedad del conocimiento. Una deficiente
formación dificulta el desarrollo personal, la igualdad de oportunidades y la
movilidad social. El dato de un 63% de pobres en la Región es, en parte,
consecuencia de esta realidad y muestra la urgencia de impulsar reformas
profundas en el sistema educativo.
La mejora de la
educación en Apurímac, exige políticas bien diseñadas y acordes a su realidad.
Por esta razón, las medidas que se adopten deben estar dirigidas a garantizar
una mayor exigencia académica, el reconocimiento del esfuerzo y el mérito. Sólo
un sistema educativo de calidad permitirá la igualdad real de oportunidades
para que cada alumno alcance el máximo de sus potencialidades, y se oriente
hacia la educación superior universitaria.
Finalmente, un
elemento importante que ayuda a garantizar un sistema educativo de calidad es
el profesorado, cuyo prestigio y autoridad se han visto disminuidos desde
tiempo atrás. Además, la adecuación a las nuevas realidades obliga a mejorar su
selección y proceso formativo como un modo de acceso a la carrera magisterial
que subraye su carácter de servidor público.
Foto Diario Chaski 12-03-13
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