lunes, 12 de marzo de 2012

RAZÓN DE SER DE UNA RED DE BIBLIOTECAS DE EDUCACIÓN SUPERIOR


En lo que va transcurrido del siglo XXI, el mundo ha sido testigo de los cambios más asombrosos en el campo de las tecnologías de información y comunicación.  No es aventurero asegurar que el desarrollo técnico proseguirá su desenfrenada carrera y que las diferencias de desarrollo tecnológico se acentuarán cada vez más entre las regiones del mundo, haciendo cada vez más amplia la brecha entre países altamente desarrollados y los que aún no lo son, situación que inciden en las universidades.

El análisis de los factores que influyen en este desarrollo son variados y quizás uno de los esenciales es la utilización adecuada y el logro del control de la información científica y técnica.  Podemos afirmar aquí, que la noción de progreso es, en cierta medida sinónima de transferencia de la información.  Tomada de esta forma la información se convierte en un recurso y como tal tiene una característica especial, es acumulativa: el conocimiento engendra conocimiento  a medida que se produce nuevos conocimientos.

En fin la información es un recurso internacional laboriosamente acumulado por los investigadores de todos los países sin distinción de raza, lenguas, credo o convicciones políticas.

Es por todo ello que se debe preocuparnos la búsqueda de las medidas que haga posible la obtención de este recurso, colaborando con todas aquellas instituciones y organismos que nacional o internacionalmente trabajan en hacerlo más accesible y utilizable, a fin de que pueda contribuir realmente al desarrollo científico, educativo, social, cultural y económico de nuestro país.

Los países que han tomado conciencia de lo que significa este recurso han brindado su apoyo en los últimos años para que organismos internacionales impulsen la formación de sistemas y redes internacionales y regionales que hagan posible la transferencia de información.  El resultado de tales esfuerzos se ve reflejado en sistemas como: UNESCO-UNISIST, FAO-AGRIS; IAEA-INIS; FID, etc. Y las actividades profesionales de carácter y alcance internacional como CAS (Chemical Abstracts Service), MEDLINE, CAIN Information Service, etc. Que se encuentran en pleno funcionamiento y al servicio de los países que por contar con una infraestructura adecuada están en capacidad de usufructuar estos servicios en provecho de su desarrollo educativo, científico, tecnológico, económico y social.

Es muy común hoy en día que cuando se habla de información, mencionar que ello es una tarea difícil pues existe una “explosión de la información” y que ella presenta múltiples obstáculos para el logro de una distribución equilibrada del control del conocimiento científico y tecnológico.  Los hechos demuestran que si bien es cierto que la explosión existe, su control es posible si los países consiguen una estructura adecuada de sus Sistemas Nacionales de Información.

Es quizás debido a lo anteriormente anunciado que, para muchos países es un hecho demostrado que el adelanto de la investigación científica y el desarrollo tecnológico exigen la consagración de los recursos intelectuales y materiales.  Los gobierno que han tomado conciencia de este hecho, han definido una política científica de acuerdo con las circunstancias propias de cada país superando los problemas relativos a la asignación de fondos, equipos, investigadores y técnicos y creando organismos nacionales que fomenten y apoyen esta política para hacer posible la transferencia de información a través de redes y sistemas.

Situación Nacional  en Política de información

La puesta en marcha de un Sistema Nacional de Bibliotecas, no dio el efecto deseado por circunstancias de orden técnico y de recursos como la base del mismo, las acciones que de él se han derivado no ha demostrado plenamente lo que las bibliotecas universitarias significan.  Por otro lado, son las mismas universidades que no han brindado el debido  apoyo para que sus bibliotecas funcionen como un Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación, más bien éstas se han visto subutilizadas. Resulta necesario considerar que las universidades que cuenten con varias bibliotecas de Facultad se organicen estas como un “Sistema de bibliotecas” de la Universidad, que se desarrolle en conformidad a la misión y visión de la universidad, no solo para aprovechar los recursos técnicos existentes, sino para lograr a través de este compromiso el fortalecimiento de la investigación universitaria, el acercamiento entre el sector productivo y la universidad y la utilización del potencial documentario e informativo resultante de esta organización en provecho del desarrollo del país.

Ante este vacío un grupo de universidades inició en  1996 el movimiento de desarrollo bibliotecario en el país a través del Grupo  Altamira, que inicialmente estuvo conformado por universidades privadas y que en la actualidad alberga a algunas universidades públicas, ya que no se ha logrado integrar a todas las universidades a nivel nacional; dicho grupo tiene como objetivo lograr un mayor poder de negociación con los proveedores de “Base de Datos en línea” de revistas digitales.  Por otro lado, existe la iniciativa  del Comité de bibliotecas  universitarias – COBUN, que en el año 2008 nació como Comité de bibliotecas de Universidades Nacionales y que a la fecha incluye a algunas universidades privadas que libremente deseen asociarse.  El Comité tiene como objetivo desarrollar sistemas de monitoreo y evaluación de la calidad de los servicios de las bibliotecas universitarias y crear e implementar un sistema de evaluación de las colecciones  (impresas y digitales) de las bibliotecas universitarias, entre otros.      

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